Entre 18º y 30º, ese es el rango de temperatura ambiental adecuado para un cultivo mínimo de marihuana (aunque depende de la fase del cultivo). Por otro lado, la temperatura del suelo debe ser diferente y oscilar entre los 15-20º.
Un suelo más frío ralentizará el metabolismo de la planta, absorbiendo menos nutrientes y creciendo menos. Un suelo demasiado helado durante mucho tiempo puede incluso matar tus plantas.
Las raíces son claves para llenar la planta de resinosos cogollos, pues si son fuertes no solo absorben más nutrientes sino que permiten sujetar mejor la planta, permitiendo que crezca más.
Otro tema relacionado con la temperatura es la diferencia que esta puede tener en un día. Lo ideal es que no sobrepasen los 10º de diferencia para que el cultivo sea óptimo, aunque esto no es algo de vida o muerte necesariamente.
Para lograr estos números lo más importante es tener el equipo técnico adecuado para medir y controlar la temperatura. un termohigrómetro o una pistola para medir la temperatura sin duda serán útiles. Además, los sistemas de placas calefactoras, que se ponen bajo los maceteros, podrán satisfacer las necesidades de calor cuando sea necesario.
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