Este componente clave es básicamente el lugar donde se realizará nuestro cultivo, aislando nuestras plantas del exterior, permitiéndonos controlar todo en su interior.
Es la protección de nuestro hábitat.
Consiste casi siempre en una carpa indoor tipo rectangular, con uno o más cierres, “ventanas” y mangas que nos facilitan la ventilación. Su interior está cubierto de un material reflectante que devuelve la luz sobrante hacia las plantas, haciendo más eficiente el consumo eléctrico.
Para elegir un buen armario, lo primero es determinar exactamente el lugar en donde será ubicado, teniendo claridad sobre las dimensiones (largo, ancho y alto). También debes considerar que es necesario a lo menos un poco de ventilación para su correcto funcionamiento.
Un buen armario debe tener una estructura firme, cierres herméticos, un buen material reflectante en su interior, y a lo menos una entrada y salida tipo manga, además de una ventana rectangular con malla la cual puede ser tapada.
Generalmente su base es cuadrada y medida en centímetros, por lo que si se habla de un armario de 60, significa que su base es de 60×60 cm, uno de 80 es de 80×80 cm, y así dependiendo del tamaño. Para cultivadores principiantes recomendamos tamaños no superiores a 100 o 120.
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