En algún momento, antes de que yo fumara, llegaron vecinos nuevos al edificio. Justo en el departamento debajo del mío. Si salíamos al balcón juntos, podíamos conversar tranquilamente. Pero nunca pasó porque la verdad nunca nos conocimos. Por los constantes carretes que hacían supe que eran jóvenes, entre 25 y 30 años. Pero nada de eso fue un problema para mí o mi familia. Cuando instalaron su indoor justo en el balcón, ahí recién tuvimos un problema. Es que el olor que salía de esa planta, para nosotros que no fumábamos, llegó a darnos náuseas alguna vez. Aún así era tolerable, pero cuando le empezó a molestar a mi hijo fue otra cosa. Había que decirles.
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