Los nutrientes orgánicos para plantas tienen un origen natural y biológico, y se enfocan en el trabajo con micro organismos para darle a la planta los nutrientes que necesita. El origen de estos fertilizantes puede ser muy variado, como guano de murciélago o harinas varias, como de pescado o hueso. Una forma incluso más ecológica es el uso de compost para producir abono.
Los microorganismos son fundamentales en el funcionamiento de estos fertilizantes. Y es que como las plantas no tienen un estomago capaz de procesar los materiales, son los microorganismos los que lo hacen por ella. Estos procesan los nutrientes y la planta lo ingiere directamente. Es por esto que mantener un ambiente en que los microorganismos puedan hacer su trabajo es importante.
Este cuidado de los microorganismos se lleva a cabo a través de la tierra donde estos viven y trabajan. Debido a que necesitan tiempo para el procesamiento de nutrientes, no son muy efectivos para resolver deficiencias nutricionales urgentes en las plantas.
El uso de este tipo de nutrición tiene consecuencias directas en el producto de la planta. Tanto sabor y olor se ven beneficiados por los fertilizantes orgánicos. Sin embargo tienen la desventaja que no funcionan para cultivos hidropónicos puesto a que los microorganismos no pueden vivir únicamente en el agua. Además, la materia orgánica puede traer pestes e insectos indeseados para nuestras plantas.
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