Es muy probable que la tierra donde pongas tus plantas ya tenga micorrizas, pero esto no significa que estén acopladas. Las esporas de la micorriza (algo así como sus semillas) tiene que entrar en contacto directo con la planta para colonizarla. El problema es que estas esporas no se mueven con facilidad en la tierra.
Durante toda la vida de la planta se puede administrar una o dos veces micorriza, mezclandola con agua de riego. Es recomendable en el periodo de crecimiento y en el de floración.
Es aquí donde los suplementos ricos en micorriza son útiles. En los cultivos exteriores las plantas son susceptibles a las inclemencias del clima y aquí la micorriza se hace fundamental. Sin embargo su uso en indoor también es muy recomendable.
La micorriza es también una opción que cumple los estándares de ser orgánico y amigable con el medioambiente. Incluso es posible tomar micorrizas directamente de la naturaleza, aunque esto depende de las condiciones climáticas que se tengan. En zonas desérticas, tropicales o muy frías es más difícil encontrarlas. Se da en lugares más rurales y hay que buscarles abajo de árboles que tenga maleza, tomando cortezas y trozos de raíces.
Una vez administrada la micorriza, el suelo se hará cada vez más nutritivo, aireado e hidratado, mejorando su estructura general. Además, produce Glomalina, que retiene carbono e impide que se libere en la atmósfera.
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