Además de generar deliciosos cogollos, la principal característica de los cultivos de semillas feminizadas es que producen plantas fotodependientes. Esto significa que, a diferencia de las autoflorecientes (conocidas normalmente como Semillas Automáticas), las feminizadas requieren recibir ciclos de 12 horas de luz y 12 horas de oscuridad para entrar en floración. Esto se conoce como fotoperiodo, y nos permite controlar el tiempo de crecimiento, y por ende, el tamaño de nuestras plantas.
Además, suelen tener un tamaño mayor y una concentración más alta de THC que las plantas auto. Es decir, producen más y pegan más fuerte.
Una buena semilla debe traer consigo cierta información necesaria para saber que estás cultivando. Las más importantes son el Banco de semillas (la marca, o empresa que la produce), cuánto tiempo demora su etapa de floración tanto en interior como en exterior, cuál es su proporción de Sativa-Indica y su concentración de THC. También debe indicar su producción de cogollos secos, tanto en interior -medida en gramos por metro cuadrado de indoor-, como en exterior -medido en gramos por planta individual-. Estos valores son siempre aproximados y varían dependiendo de la calidad de tu cultivo, pero son una buena referencia para empezar.
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