Todos partimos con el caño. Porque todos partimos fumando con un grupo de amigos. El caño, también conocido como pito, huiro, cuete, etc., es la forma por la que todos pasamos en algún momento. Pero requiere paciencia. Aunque hoy existen métodos que facilitan el proceso, no es fácil si estás en la calle. Claro, la práctica hace al maestro, pero comparado con la facilidad de la pipa… Sus ventajas quizá se perciben más cuando se está en grupos.
Es decir, cuando se trata de compartir la yerba, es el caño el que puede pasar de mano en mano sin problemas. Se disfruta más lento y una calada no entrega tanto como un bong, pero mantiene un encanto que seduce cuando se trata de generar comunión. Como cuenta Toño: “Igual el caño tiene su gracia. O sea, cuando estás con amigos fumando y va pasando por cada uno, estás conversando, lo disfrutas de a poco”.
Comments (0)