¿Qué es una semilla de marihuana?

La semilla de marihuana es lo que, en potencia, será la planta completa de cannabis o marihuana. Desde su germinación hasta su muerte entrará y saldrá de distintos ciclos que determinarán su forma final y cómo llegará a morir.

Desde hace un tiempo a esta parte mucho se ha avanzado en la tecnología genética sobre semillas, y de la misma manera sobre semillas de marihuana.  A través de este procedimiento se altera la estructura genética de la planta, determinándola para que se comporte de una u otra forma en su desarrollo futuro. Fuerza, olor y potencia, entre otras características, son dictadas por el material genético contenido en la semilla de marihuana.

Anatomía

La semilla de marihuana es del tamaño de una pimienta, con forma ovalada. Una cresta atraviesa la semilla de punta a punta, es desde aquí donde la semilla germinará. Por el otro lado, más redondeado.

Dentro de la semilla está el embrión. Es desde aquí todas las células que luego se diferenciarán entre hojas, raíces y tallo. Es mediante la alteración de estas células que es posible crear diferentes clases de plantas, como las feminizadas o las autoflorecientes.

La semilla de marihuana feminizada es aquella diseñada para que siempre crezca hembra, de esta manera necesariamente florecerá y producirá cogollos. Las autoflorecientes son las diseñadas para que florezcan en una etapa específica, y así no es el estadio de crecimiento y no la luz lo que determina su floración.

Historia de la semilla de marihuana

La historia de la semilla de marihuana es de larguísima data. Se remonta a cazadores y recolectores primitivos y se extendió a través del tiempo y del espacio por Asia, Europa y África hacia el resto del mundo. En cada lugar dejó su impronta en las sociedades donde se cultivó y consumió.

Históricamente su uso ha estado relacionado con el mundo espiritual y medicinal principalmente, pero también como material de diferentes herramientas. Desde analgésicos hasta cuerdas, la cannabis y el cáñamo han estado presente, de forma socialmente aceptada, en ciento de sociedades.

La ilegalidad de esta semilla es una construcción bastante moderna que resulta realmente excepcional en su historia.

Primera distinción

Hay que tener en cuenta una distinción que, si bien en el presente no es muy conocida, es necesario mencionar. Históricamente han habido dos subespecies de la cannabis, una es la Cannabis sativa, que es la que se ha usado y popularizado por su capacidad psicoactiva. Por otra parte está la Cannabis sativa L. que no tiene componentes psicoactívos, y se la conoce más como cáñamo.

No es que no existieran otras variedades, pero estas fueron las primeras en registrarse. Luego se catalogaron la Indica y la extraña Ruderalis.

Primeros registros

Los registros más antiguos que se tienen de la semilla de marihuana se remontan a 12 000 años atrás. El lugar dónde se sabe con seguridad que se cultivaba en esta época son las estepas mongolas y el sur de Siberia.

Pero una cosa es saber que era cultivada y otra es saber cómo se consumía. En diferentes montículos funerarios en Siberia austral se han encontrado semillas quemadas, de unos 5 000 años de antigüedad. También en la región de Xinjian, China, se han encontrado bastante cantidad de marihuana psicoactiva momificada en la tumba de nobles.

La evidencia muestra también que ya en el 4 000 a.C ya se usaba la cannabis en su forma medicinal, como anestesia en cirugías. Desde China se movió hacia el sur, a la península Coreana, entre el 2000 a.C y 1000 a.C. y desde ahí, entre comercio y guerras, migró hacia la India. Ahí su uso está mucho más registrado y se consumía fumándose o comiéndose.

Hacia Europa

Pero a la cannabis le fue bien en las sociedades, principalmente las semillas sativas a secas, y muchas la adoptaron como parte de ellas. Una de estas fue la de los Escitas, pueblo de orígen iranio, que  durante su expansión, que duró siglos, la transportó hasta la actual Ucrania.

Una vez ahí, fue solo cuestión de tiempo para que fuera llevada a Alemania, y desde ahí a Inglaterra en las invasiones Anglo-Sajonas del siglo V d.C. Semillas encontradas en barcos vikingos sugieren que este fue un gran vehículo para la cannabis.

Ya en la modernidad, desde el siglo XV, la historia de la cannabis da un gran salto. Los imperios coloniales como el de Holanda, Inglaterra, Portugal y España comenzarían una nueva era de comercio global. Fue así como la cannabis llegó a América. 

América y la nueva expansión

En nuestro continente encontró, una vez más, buena recepción y fue cultivada con fines técnicos, como la creación de tejidos o cuerdas. Su principal ingreso fue a través de Brasil, a través del comercio de esclavos desde África que la corona y privados portugueses llevaban a cabo.

Durante el siglo XIX, su uso se revitalizó e ingresó un poco en nuevos círculos de la sociedad, como de artistas y escritores. Imitando las costumbres parisinas, se extendió el evento social de la fuma de hachís. Aquí se descubrieron las nuevas semillas como la Indica y Ruderalis.

La gira mundial de la cannabis se completa cuando llega a Norteamérica, desde México, y ya no queda país que no la haya cultivado. Luego de esto comienza la etapa de su prohibición y regulación según las posturas y prejuicios desde los diferentes países.

Pese a la larga historia de la cannabis, nunca antes ha sido tan consumida y trabajada de forma tan científica como ahora. Se mezclan cepas y cada vez nuevas variedades son creadas para todo tipo de consumo.

Solo queda ver cuál será el devenir legal de esta planta que tanto tiempo ha acompañado a la humanidad. La ciencia todavía tiene mucho por decir de las diferentes formas en las que la cannabis puede ser cultivada y usada.  

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