En los cultivos en exterior no hay nada mágico excepto el milagro de la naturaleza, el resto implica control, observación, nada de llegar y tirar las semillas de marihuana donde caigan y que crezcan libres y desordenadas.
Es fácil creer que la naturaleza hará todo el trabajo, pero no. Debemos estar encima para observar cualquier cambio que nos avise antes de la tormenta.
Cuando completemos el ciclo de crecimiento y tengamos los resultados, ya podemos sentarnos a disfrutar de lo que nos ha brindado una buena cosecha. Ten en cuenta que durante el cultivo hay muchos elementos que considerar: sustratos, luz y sombra, nutrición, hidratación, genética de las semillas y todos ellos deben estar siempre bajo nuestra supervisión.
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