Principalmente el objetivo siempre será que el cultivo no tenga plagas, pero para que esto ocurra siempre hay que tener un plan preventivo, que es necesario para que esto no ocurra.
Entre los cuidados primordiales que debemos tener existen los siguientes:
· Reducir el polvo, ya que es el entorno ideal para los ácaros.
· Mantener el espacio de cultivo limpio y libre de maleza.
· Alimentar correctamente tus plantas.
· Usar productos preventivos y trampas para plagas.
· Evita la sequía y suelos encharcados.
· Evita el exceso de nitrógeno y las irregularidades en la fertilización.
· Controlar las condiciones ambientales como temperatura y humedad.
· Revisar periódicamente.
· En espacios cerrados se utiliza el control biológico con depredadores naturales como chinitas.
· Diversificar tus cultivos; sembrar plantas que ayuden a proteger y repeler plagas.
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