Fumar cannabis requiere fuego y papeles especiales, lo que puede resultar incómodo para algunas personas. En simple, requiere algo de trabajo y habilidad. Además, paciencia.
Los vaporizadores, por otro lado, son mucho más fáciles de usar. Requieren poco o ningún tiempo de preparación y se pueden usar discretamente en público sin producir un fuerte olor. Mi experiencia personal se inclina por el vaporizador. Llegué a él en una fiesta sub 40, donde mientras bailábamos me ofrecieron darle una calada al vaporizador. Fue hace un par de años y aún no se conocían mucho. Lo limpio del proceso, discreto y fácil de usar me convenció de inmediato. La volada fue fuerte, eso sí, rápida y potente. Así que para mí al menos se disfruta más si se hace pausadamente.
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