Vaporizar, ¿mejor o peor?

Los tiempos han cambiado. Hoy la marihuana se consume de nuevas maneras y cada una de ellas tienen sus pro y contras. Y aunque se puede comer, tomar o tragar, la vía más común sigue siendo por inhalación. Y por inhalación nos referimos al cigarro de marihuana o caño, al bong y la pipa. Pero últimamente ha emergido otro método: Vaporizar, ¿mejor o peor?

Este último es quizá la forma -por ponerlo en un término que todos podemos entender- más piola que existe hoy. No hay olor, no hay combustión, no hay humo. Si eres avezado o recién entras al mundo de la weed, es importante que entiendas las diferencias entre fumar un caño, por ejemplo, y vapear aceite.

Método de inhalación

La diferencia más obvia entre fumar y vapear marihuana es el método de inhalación. Fumar implica la combustión de los cogollos de la flor de marihuana, lo que produce humo que se inhala. Por otro lado, vapear implica calentar el cannabis a una temperatura más baja, lo que produce un vapor que se inhala. Fumar produce un humo espeso y penetrante, mientras que vapear produce un vapor mucho más ligero y menos notorio. El vapeo se realiza en pequeños aparatos con forma de lápiz o encendedor. Son muy transportables y por lo general se cargan mediante conexión USB. Es decir, tienen batería.

¿Es más saludable?

Fumar cualquier cosa, ya sea tabaco o cannabis, produce sustancias químicas perjudiciales que pueden dañar los pulmones y causar una variedad de problemas de salud. Cuando fumamos weed se produce alquitrán, monóxido de carbono y otras sustancias dañinas que pueden irritar los pulmones y provocar problemas respiratorios. Por otro lado, vapear produce un vapor mucho más limpio y menos perjudicial que el humo. Si bien la investigación sobre los efectos a largo plazo del vapeo aún está en curso, generalmente se considera una alternativa más segura al fumar. Otra diferencia es el producto mismo que inhalas en uno y el otro. Con el vaporizador estás inhalando el vapor de un concentrado de cannabinoides en forma de aceite.

Más con menos

Cuando se fuma cannabis, a menudo se quema a altas temperaturas, lo que puede destruir algunos de los compuestos activos en la planta. Esto puede reducir la potencia del cannabis y hacerlo menos efectivo. Por otro lado, vaporizar permite un control más preciso de la temperatura, lo que puede ayudar a preservar los compuestos activos de la planta y hacerla más potente. La volada, por así decirlo, sería más eficiente vapeando. Y pega mucho más fuerte en los principiantes.

Es más rico, dicen

Fumar cannabis produce un sabor distintivo que a menudo se describe como "skunky" y que en español podría decirse simplemente fétido. Si bien algunas personas disfrutan de este sabor, otras lo encuentran desagradable. Especialmente tus vecinos. Por otro lado, vapear puede producir una gama mucho más amplia de sabores, según el tipo de vaporizador y el cannabis que se utilice. Algunos vaporizadores están diseñados para mejorar el sabor del cannabis, mientras que otros están diseñados para producir un sabor más neutro.

Fácil de usar

Fumar cannabis requiere fuego y papeles especiales, lo que puede resultar incómodo para algunas personas. En simple, requiere algo de trabajo y habilidad. Además, paciencia. 

Los vaporizadores, por otro lado, son mucho más fáciles de usar. Requieren poco o ningún tiempo de preparación y se pueden usar discretamente en público sin producir un fuerte olor. Mi experiencia personal se inclina por el vaporizador. Llegué a él en una fiesta sub 40, donde mientras bailábamos me ofrecieron darle una calada al vaporizador. Fue hace un par de años y aún no se conocían mucho. Lo limpio del proceso, discreto y fácil de usar me convenció de inmediato. La volada fue fuerte, eso sí, rápida y potente. Así que para mí al menos se disfruta más si se hace pausadamente.

Entonces…

Se podría decir que aunque tanto fumar como vapear marihuana requieren de la inhalación de cannabis, existen diferencias significativas. Para empezar, vapear se considera generalmente más seguro, potente y conveniente que fumar. Pero aún así, en última instancia, depende de la preferencia personal. Es menos romántico que el autocultivo y sus prácticas de consumo (caño, bong, etc) pero es definitivamente una mejor alternativa para quienes no tienen ni la habilidad ni la paciencia para cultivar y hacer crecer sus propias plantas.

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